Danna Contoñí: La judoca que conquista sueños desde Jamundí al escenario internacional

En un rincón humilde del Valle, durante los días inciertos de la pandemia, surgió una historia que hoy inspira al mundo. Una entrenadora apasionada por el judo tocaba puertas en busca de jóvenes talentos. Fue así como Danna Contoñí, con apenas 10 años, dio su primer paso en un deporte que transformaría su vida para siempre. Su madre, con la visión y el amor inquebrantable que solo una madre puede ofrecer, la inscribió, marcando el inicio de un camino lleno de disciplina, esfuerzo y sueños por cumplir.

Hoy, con tan solo 14 años, Danna no solo ha conquistado su comunidad y su región; se ha ganado un lugar en el corazón de su país al representar a Colombia en los XVIII Juegos Sudamericanos en Bucaramanga. Allí, junto a atletas de 11 países, enfrentará el mayor reto de su joven carrera: luchar por la gloria mientras lleva en sus hombros la responsabilidad de un país que cree en ella.

El judo para Danna no es solo un deporte; es una filosofía de vida. Sus primeros entrenamientos fueron en un salón de escuela cerca de su casa, donde inició junto a 25 compañeros. Hoy, solo cuatro persisten en el camino, reflejando la exigencia y la fortaleza necesarias para mantenerse.

“Esta disciplina te enseña mucho más que técnicas de combate. Aprendí respeto, autocontrol y la importancia del rendimiento en todas las áreas de mi vida, incluso en el colegio”, comparte Danna. Y aunque el camino no ha sido fácil, su constancia la ha llevado a superar miedos y a enfrentarse a cada combate con determinación y coraje.

Antes de cada competencia, su mamá siempre la llama. Ese sencillo gesto, cargado de amor, se convierte en un ritual que la llena de fuerza. “Su voz me recuerda que no estoy sola, que detrás de mí hay un equipo, una familia y un país entero apoyándome”, dice con emoción.

El arduo camino a los Sudamericanos

Llegar a los Juegos Sudamericanos ha sido una travesía que Danna nunca olvidará. Las competencias municipales le sirvieron para calentar motores, pero las departamentales y nacionales pusieron a prueba todo lo que había aprendido. Enfrentó a rivales fuertes, días de cansancio extremo y momentos de incertidumbre, pero siempre se mantuvo firme, con la mirada puesta en el sueño de representar a Colombia en un escenario internacional.

Ahora, al enfrentarse a las mejores judocas de Sudamérica, siente la presión de cumplir con las expectativas de sus entrenadores, compañeros y de un país que confía en ella. “Quiero demostrar que todo este esfuerzo vale la pena, que puedo dar lo mejor de mí y llevarme esa medalla de oro”, afirma con determinación.

Danna tiene un consejo claro para las niñas que sueñan con seguir sus pasos: “Arriesguen, crean en ustedes mismas y enfrenten los nervios. Entrenar constante no solo mejora tus combates, también reduce las lesiones y te prepara para cualquier desafío”. Su historia es un recordatorio de que, con trabajo duro y constancia, cualquier sueño es alcanzable también, agradece profundamente el apoyo recibido por el Ministerio del Deporte, que proporcionó yudoguis y uniformes a los atletas. “Es lindo ver cómo reconocen nuestro esfuerzo. Algunos ni siquiera tenían tenis para entrenar, y ahora estamos mejor equipados para dar lo mejor en el tatami”, comenta con gratitud.

Danna no solo lucha por medallas; lucha por demostrar que, desde un rincón de Jamundí, cualquier niño o niña puede alcanzar los escenarios más grandes del mundo. Su historia es un tributo al trabajo duro, a la perseverancia y al amor incondicional de su familia.

“Quiero seguir los pasos de mis referentes, como Luz Adiela Álvarez y Yuri Alvear, y mostrarle al mundo que los sueños no tienen límites”, dice con una sonrisa llena de esperanza.

Desde su comunidad hasta la élite deportiva, Danna se ha convertido en un símbolo de valentía y pasión. Su viaje hacia Bucaramanga es un recordatorio de que, con corazón y esfuerzo, se pueden conquistar los sueños más grandes.

Danna Contoñí, un ejemplo de superación, orgullo colombiano y esperanza para toda Sudamérica.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Ir al contenido